6 abr 2011

Amaneció con la duda de estar viva. Después del mediodía preguntó la hora a diferentes personas sólo para constatar su visibilidad. Cerca de las 9 de la noche casi se convencía de continuar como mortal de no haber sido porque en la cena miró al abuelo tomando chocolate en la mesa, a la tía preparándose un té,  hechos que no tenían nada de particular si no fuera porque tía y abuelo habían muerto tres años atrás.


 
Szív Márquez

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