Para un excelente prestador de ojos: Mike Díaz.
Hace un tiempo, un velo oscuro cayó sobre mis ojos obligándome a andar a ciegas. Sí, a ciegas. Mis ojos eran incapaces de observar la verdad. Como sólo miraba una parte de la realidad daba tumbos por aquí y allá. Desesperada por tal condición decidí hacer un pedido, necesitaba urgentemente que alguien me prestara sus ojos por un poco de tiempo para mirar con cierta claridad.
Pedir prestados un par de ojos no es nada fácil, el aval tiene que ser la propia conciencia y como requisito indispensable está la verdad. Hay ojos para todo tipo: especialistas en historia, biología, matemáticas, valores, humanidad, etc. Así que mi prestador de ojos tenía que ser un especialista libre de subjetividades.
No es la primera vez que pido prestados un par de ojos. Los he pedido para temas tan comunes como las teorías evolucionistas, lo cual he disfrutado muchísimo. A veces, un par de ojos distintos pueden hacernos viajar a través del tiempo incluso a épocas A. C. También sirven para armar interesantes debates desde el blanco pasando a grisáceo y llegando al negro, o de forma multicolor.
Pues bien, conseguí al mejor prestador de ojos que pudiera existir en su momento. Conocía el tema, era muy objetivo y al menos evitó que el velo oscuro sobre mi vista continuara desviándome del camino.
Vale la pena conseguir un préstamo de ojos de vez en cuando para afinar un punto en el esquema de la hoja, realizar un nudo con maestría, captar la distancia exacta entre el mar y el cielo. Incluso para observar el universo y lo relativo del tiempo.
Un préstamo de ojos es más que un simple intercambio de energía. Porque unos ojos diferentes a los de uno mismo pueden hacernos mirar hacia adentro y también hacia afuera. Al punto fino y al infinito, recordar quienes somos y hacernos mirar la meta que hay más allá del horizonte.
Gracias a un préstamo de ojos se puede recordar la inmensidad, las puertas que se abren, la canción al interior del alma, el optimismo y sobre todo la facilidad para alcanzar estrellas.
Szív Márquez.