Boby dió un salto y al momento se escuchó un grito casi humano. Los vecinos salieron a mirar la noche, los perros ladraban en una esquina de aquella casa. - ¿Y eso qué fue?- preguntó Don Hilario - Debió ser un duende, ya ve que tiraron ayer el arból donde habitaban- comentó Gertrudis. Boby dejó de ladrar, el cachorro y su madre eran los únicos testigos de aquel ser nocturno que ahora miraba a Don Hilario y Gertrudis fíjamente.
Szív Márquez
Szív Márquez
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