Caminaré solo una vereda
andaré sin desviarme del camino
allá donde escuche un Ruah
allá donde el alma vive despierta.
Seguiré un solo canto
andaré tras esa melodía
buscaré día y noche
donde escuche el canto del Ruah.
Miraré solo un par de ojos,
fijando eternamente mi pupila.
Los ojos que emanan un solo llamado
los ojos en dirección al Ruah.
Seguiré en presencia el latido
que aviva a su vez el mío.
Aquel corazón que late
la misma melodía que el Ruah
María del Carmen Márquez Rmz (Szív Márquez)
Un año y un mes
Marca el calendario tu recuerdo...Arranco las hojas y el movimiento lanza de pronto
los destellos de vida hacia afuera...Pero pronto, muy pronto vuelven hacia adentro.
Te miro jugueteando y cantando a mi alrededor.
Mi niñez a tu lado...
Se agolpa el recuerdo de tu baile, tu canto. Te veo tocar la guitarra para mi.
-¡Ta- ta- ta -ta!-
Mis primeras palabras no fueron "mamá" sino "Ta-ta".
Debiste aplaudir y sonreír al escucharme... quizás por ello me viene tu recuerdo
bailando y cantando a mi alrededor... Me enseñaste que la vida solo se puede vivir
con alegría y con canto. El hombre más alegre que conocí: ¡Mi padre!
Hoy a un año y un mes de tu partida recuerdo esa hermosa frase que alguna vez
me dijiste: "¡En una casa siempre debe haber flores para tranquilizar el espíritu
y música para alegrar el alma!"
¿Y sabes papá? En la casa no faltan las flores pero aún debe pasar un poco de tiempo para escuchar aquella música que tanto te gustaba.
18/10/2021
Ella lo miraba,
Lo miraba todo el tiempo...
entre la espesura del bosque,
la inmensidad del cielo,
en el espejo del agua,
entre las grietas rocosas...
De tanto mirarlo
un buen día atrapó su espíritu…
dentro de su cuerpo.
El espíritu al llegar
lo primero que hizo fue
curiosear...
giró su gran y único ojo
mirando a la derecha
después a la izquierda
una vista breve y pestañeó.
Volvió a mirar,
ahora al centro,
de nuevo a la derecha,
otra vez a la izquierda
y pestañeó.
Inspeccionó debajo de los ojos,
cerca de las pestañas,
miró fijamente el iris,
le tomó el pulso,
paseo por su estómago,
y pestañeó.
De pronto se emocionó...
se emocionó tanto...
gritó, bailó,
giró sobre sí mismo,
y dando un gran salto…
Alcanzó un latido,
dos latidos, dio un saltito
y pestañeó.
En medio de cada latido
se puso a barrer, limpiar,
decorar...
cuando aquel espíritu miró su
labor
quedó tan contento, sonrió
y pestañeó.
Un giro a la derecha
después a la izquierda
un vistazo breve y pestañeó.
Szív Márquez
