Y descubrí de pronto: El pan de cada día es precisamente sin sal ni levadura, mentirosos y ladrones viviendo como reyes, encarcelados quienes dicen la verdad. ¡Ah mi hermoso mundo perdido! El milagro es que aún creo en utopías... Cuánta razón tenías Kohélet!
¿De qué estarán hechos los sueños? Antes decía que de nada, llegué a pensar que eran polvo cósmico, ahora sé que los sueños se componen de la esperanza. Sigo afirmando: ¡Qué bonito es alcanzar estrellas de vez en cuando! Szív Márquez
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Olvido
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