Un día, en la claridad de un río descubrí que soy tu voz desplegando
el gusto por la poesía y la danza,
miré mis ojos y te encontré en ellos ávido de lecturas y estrellas.
He sorprendido al oído deleitándose con los arrullos del violín y la guitarra.
Ahora comprendo: El camino al universo es ir revelando las huellas que has dejado
para mi bajo el sol o la lluvia.
¡Te amo Papá!
Szív Márquez
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