10 ago 2016

Un microrrelato.

Una vez, hace mucho, mucho tiempo un ser humano encontró el valor de las palabras y quiso atraparlas, encerrarlas para evitar que escaparan. Buscando, buscando no encontraba el elemento adecuado para su fin. Las dibujó en el agua pero inmediatamente desaparecían. Pensó en el fuego pero era difícil de manipular y la escritura en llamas quemaba bosques y desaparecía con la lluvia. El aire era imposible siempre se las robaba.  Entonces decidió utilizar un poco de arcilla recogida del mismo suelo que pisaba... la madre tierra fue tan generosa que acogió en su seno las palabras. El hombre estaba tan feliz que los primeros trazos que guardó fueron de agradecimiento, otros vinieron a mirar lo que guardaba  y al posar sus ojos en las palabras estas eran liberadas de la arcilla pero  ya habían dejado su huella plasmada...


Szív Márquez

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