Miras por tu ventana el mundo: la tarde se convierte en canción y afuera el paisaje cambia, desaparece, se alarga, haciéndose grande o pequeño... eso no importa. Tú continuas cantando porque sabes que las soluciones existen y nada hay mas bello que una tarde lluviosa convertida en canción junto a una taza de café.
Miras un espejo en tu libro: Has aprendido a serenarte frente a aquel que apuñala tu espalda. También a mostrarte fuerte ante sonrisas egoístas. Hoy continúas avanzando la escarpada montaña. Aprendiste a eludir trampas en el camino, cada paso te fue dando experiencia y confianza...
De pronto, ya no hay peso... sabes que el camino tiene riesgos y avanzas con la cautela del viajero experimentado. Confías, pero no demasiado.Escuchas sopesando cada argumento. Ahora encuentras el motivo detrás de la palabra; la situación detrás del gesto... reconoces las particularidades del mundo, de los mundos conviviendo dentro de uno solo.
Y duermes tranquila porque has aprendido que no tiene caso que una persona, objeto o situación sea capaz de robarte el sueño. Ahora sabes que los momentos al igual que las historias tienen un inicio, un problema y una solución. Que incluso pueden tener diferentes finales o no tenerlos. Que lo más bello e importante es tu propia esencia, imperturbable, pacífica, serena, soñadora y cantarina. Feliz.
Szív Márquez
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