30 abr 2011

Tejiendo


Recortó las estampas y al hacerlo llegó el  recuerdo de tardes tejiendo debajo del árbol de Anona en casa de su tía, música infantil en el tocadiscos, revistas con rostros de los artistas del momento.
En cada recorte parecía que seleccionaba el color de un estambre. Buscó una caja y le hizo los cortes justos para dejar solo la mitad de la misma.
Cada estampa era un hilván, cada hilván un recuerdo: el tío zapateando en la cocina, la tía contando cuentos, el papalote en lo alto mas allá de la azotea de la casa. Papeles tirados por un helicóptero con la promoción de refresco (Escuis de mandarina con envase de vidrio por supuesto) El juego de las escondidas tirando el bote en la calle, allá donde a veces alguien quemaba basura (en aquél tiempo aún era permitido). El juego de la lotería por las tardes, el miedo a la estampa de la calavera o del Diablo que nadie deseaba le saliera.

Cada estampa, iba hilvanando aquellos  juegos, columpios, canciones y encuentro pacífico de niños jugando en la calle sin temor.Dió un suspiro y terminó de forrar, entonces las revistas como   recuerdos regados se organizaron en aquella caja.

Szív Márquez.

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...