30 abr 2012

Una anécdota de infancia

En vacaciones mis padres solían dejarme en casa de mis abuelos, recuerdo que al terminar el periodo vacacional iban por mí. Entonces yo los pellizcaba, les jalaba los cabellos, la piel de rostro y brazos. Todo para asegurarme de que ellos eran realmente mis padres y que los extraterrestres no me los habían cambiado aún. 

Szív Márquez.

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...