23 may 2021

2021





Ella lo miraba,

Lo miraba todo el tiempo...

entre la espesura del bosque,

la inmensidad del cielo,

en el espejo del agua,

entre las grietas rocosas...

De tanto mirarlo

un buen día atrapó su espíritu…

y se lo comió.

El espíritu al entrar a su cuerpo

lo primero que hizo fue curiosear... 

giró su gran y único ojo

mirando a la derecha

después a la izquierda

una vista breve y pestañeó. 

Volvió a mirar,

 ahora al centro,

de nuevo a la derecha,

otra vez a la izquierda 

 y pestañeó.

Inspeccionó debajo de los ojos,

cerca de las pestañas,

miró fijamente el iris,

le tomó el pulso,

paseo por su estómago,

 y pestañeó. 

De pronto se emocionó...

se emocionó tanto...

gritó, bailó,                      

giró sobre sí mismo,                    

y dando un gran salto…                     

Alcanzó un latido,                   

dos latidos, dio un saltito              

y pestañeó.                

En medio de cada latido                

se puso a barrer, limpiar, decorar...                     

cuando aquel espíritu miró su labor                  

quedó tan contento, sonrió                

y pestañeó.                

Un giro a la derecha

después a la izquierda

un vistazo breve y pestañeó. 


Szív Márquez       

                     

                     

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...