2 ago 2012

Contra el mal de hojarasca

Quejido oscuro de grieta:

¿Cuándo terminará el fuego? Silencio. Dolor humeante.
¿Tendrás un poco de lluvia para compartir al mundo
reservada en algún frasco?
¿Una pizca en el bolsillo, en una flor, en tu coraza?
Necesito su pureza, para lavar un poco el alma.
¿Sabes tú dónde encontrarla?
La lluvia se ha escondido de esta realidad que asfixia.
¿Descansará en un sueño, privando de espejos veredas
y dejando ardiendo valles?


Te pido un poco de lluvia…
Es un remedio infalible contra el mal de hojarasca,
con un centímetro cúbico resplandecen mil rostros.
Dos, transforman las miradas.


Szív Márquez

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...