5 jul 2013

Viaje

Hoy decidí que mi transporte sería una gigantesca águila blanca, pronto me remontó al cielo.  El viento agitaba mi ser, me sentía tan liviana y feliz volando entre vapores de agua... ¿Sabían que en el cielo el tráfico es controlado por el guiño de las nubes? De repente  el águila dio vuelta en U y tuve que sujetar muy fuerte su plumaje. Sonreí. Mi ciudad era solo un punto allá abajo. Rebasamos un águila, dos, tres...  empezó a llover.¡ Qué felicidad! Me vi envuelta de pequeñas esferas multicolor. El tiempo se detenía iluminado por música cósmica. Entonces el águila lentamente se posó en la tierra.

Szív Márquez.


http://elcoleccionistadeaguilas.blogspot.mx/2013/10/viaje.html 

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...