6 mar 2013

DRAGONES

No es fácil domar al dragón. Dímelo a mi, recorrí mares, subí a la montaña más alta volví a mi paraíso y ni asi.No es fácil  atarlo. En cuanto lo intentas te llena el rostro de hollín, y te intoxica con azufre. Alguna vez me fuí al desierto, pase tormentas, creí asfixiarme entre la arena. Y ni asi.

Hasta que un día, el dragón se topó no con uno, sino con cinco dragones más... la lucha fue mortal, aquellos dragones habían recorrido tambien mares, montañas, desiertos... solo así cedió un poco  y pude atarlo.

De vez en cuando intenta soltarse, pero lo mantengo asegurado bajo siete candados, en la torre más alta de un castillo que llega hasta las nubes. Es mejor así, porque al asomarse a la ventana solo mira las nubes y no se da cuenta de lo que sucede abajo.

Apenas ayer, vi a un dragón pequeño correteando a su dueño. Qué cosa más curiosa, aunque algunas personas me dicen que esto no es sorpresa: Tenemos una plaga de dragones en la aldea.


Szív Márquez.

No hay comentarios:

Realidad etérea

  No hay neblinas blanquecinas  ni miel surgiendo a borbotones justo a mitad del plexo. Solo un espejo translúcido elevándose hasta la perpe...