Mary pensó: -"Esta es la graduación más cara que he tenido.Yo tengo segundo grado, pero me cobraron como si los alumnos hubieran sido míos. Es una injusticia total. Me pusieron a hacer este mural, es cierto que me tocaba el mural, pero me lo pidieron específicamente para graduación. No me dijeron no tenemos dinero y hazlo como puedas, de haber sabido saco copias y ya. No hubiera gastado tanto, hubiera hecho un mural con efemérides"
Mientras cavilaba recordó como el maestro de sexto.(No el director ni ninguna otra persona. El maestro de sexto). Le fue a explicar incluso la idea de unos muñecos graduados, le dijo - quiero un mural de graduación para ponerlo allá por donde están los graduados.
Empezó a sacar cuentas: 3 láminas de foamy diamantado amarillo para hacer las estrellas, a 15 pesos cada lámina, total $45 pesos. 10 láminas de papel metálico, total $35 pesos, 5 muñecos graduados en foamy, a 40 pesos cada uno, total 200 pesos. 4 metros de tela gasa blanca con diseño, total $120 pesos, 4 metros de tela gasa dorada sencilla, total $80 pesos, 2 metros de listón amarillo, total $20 pesos, 1 hilo blanco y 1 hilo amarillo, $ 11 cada uno, total 22 pesos, 3 decenas de silicón en barra a $36. 27 cada decena, total $108.81, 2 cartulinas, 8 pesos cada una, total 16 pesos, 2 paquetes de alfileres con cabeza de plástico $20 cada paquete, total $40 pesos. Como extra porque no fue suficiente con lo que había comprado le regalaron chinches de colores y una rueda completa de alfileres de cabeza de plástico, más unas impresiones que utilizó y no cobró. Total $686.81 pesos más 200 pesos que el maestro pidió a cada docente de grupo como cooperación, disfrazado de rifa (porque claro, el maestro no había trabajado para la graduación). En total para esta graduación Mary solita cooperó $886.81 pesos.
Cuando le dijo al maestro que solo pediría los 200 de las telas y los 200 de los muñecos de foamy. El maestro estuvo de acuerdo y le dijo que no se preocupara, ya que le pagaría. Mary se dedicó a elaborar el mural, midiendo, cortando, cosiendo esas gasas vaporosas. Elaborando estrellas con el foamy dorado...ya casi para finalizar volvió a recordarle al maestro el pago. Ya que necesitaba el dinero.
Pero el maestro en lugar de pagar y mantener su palabra mando a llamar a otra maestra, al director, a la tesorera de la escuela y Mary desconcertada se preguntó "¿por qué tanta gente? Si quien me pidió el mural fue el maestro de sexto grado?. ¿Acaso el maestro no era capaz de resolver solo sus problemas?". Mary por desfortuna no puede enojarse tanto. Eso lo saben muy bien sus compañeros de trabajo, si Mary se enoja mucho termina enfermando. El caso es que igual no se arregló nada. Lo cual provocó el enojo de Mary, quien con la actitud del maestro empezaba a sospechar que no le pagaría.
Cuando Mary terminó el mural volvió a recordar el pago, pero la respuesta del maestro de sexto fue de forma muy burlona " yo no le voy a pagar, yo no le pedí nada, usted lo hizo porque quiso". Mary por supuesto se molestó y le recordó que había prometido pagar. La respuesta del maestro fue que él no había pedido nada, que eso era cosa del director. Mary se molestó y le pidió que se hiciera responsable por el mural, y la palabra que había dado, pero el maestro volvió a decir que él no había pedido nada y era asunto del director. Después con una sonrisa de "hágale como quiera" dio por terminada la discusión.
Mary pensó: "encima de que le ayudé con el mural se burló"-Mary se enojó tanto tanto que su corazón comenzó a doler... Ya conocía ese dolor, es el dolor de la impotencia y la injusticia... así que con todo y el dolor que sentía y ya que el maestro había involucrado al director, tuvo que presentarse en la dirección y comentarle que el maestro le echaba la culpa de lo sucedido precisamente al director.
El director por supuesto, mandó a llamar al maestro y le preguntó por qué le echaba la culpa a él de lo sucedido. Y el maestro sin inmutarse contestó - Noooo para nada, yo no dije eso, yo dije... (y aquí cambió la versión). Mientras lo escuchaba Mary no pudo evitar recordar que alguien que no es capaz de sostener su palabra es alguien a quien le faltan... "fuerzas, muchas fuerzas". Recordó a su papá-" ¿qué le hubiera dicho papá a ese tipo falto de palabra?". Su padre no aguantaba a los pusilánimes, ni a los que se esconden tras las faldas de una mujer... pero bueno, al final Mary sabía que la discusión debía de acabar. El maestro ya se había dado a conocer cambiando las versiones una y otra vez y echando la culpa a diestra y siniestra... tanto que Mary comprendió que todo iba en círculos, sabía que con personas así no se llega a ningún lado.
Al final el director habló con Mary y le comentó que por el bien de la escuela bla, bla, bla... era ya el desenlace, comprendió que la solución estaba en ella. El maestro de sexto seguía dando círculos con sus palabras y no dejaba que Mary dijera lo que ya había meditado. Por lo cual ella le tuvo que decir: ¡A callar!
¿Han escuchado cómo las personas necias no tienen nada que decir y siguen hablando sin parar? Pues así era el ulular del maestro.
Y mientras el maestro seguía como los necios con palabras sin sentido, Mary le explicaba al director que ya había entendido su postura y que no pediría más el dinero al maestro. Le comentó: -Ya vi qué tipo de persona es y no lo quiero cerca de mi, ni tampoco que me vuelva a pedir nada más. Dio por terminada la discusión y salió de la dirección.
Mary estaba muy enojada. Aún tenía ese dolor en el corazón... el dolor se convirtió en agua y las gotas comenzaron a recorrer su rostro... lloró tanto porque... la injusticia se había cometido. No olvidaba algo que el maestro de sexto le había dicho durante la discusión: "Yo desde el principio le dije que no tenía dinero". Era mentira, Mary lo sabía, no le había dicho nada, entendió que tanto el maestro, como la maestra a quien el maestro había llamado habían planeado desde el inicio aprovecharse de ella. Por eso, durante la discusión lo llamó ratero, porque planear con alevosía quitarle el dinero a alguien es eso: robar.
Meditando se dio cuenta de que también habían planeado hacerla enojar. Todos sus compañeros sabían que ella no podía enojarse porque enfermaba. Pero parecía que las burlas del maestro eran todas a propósito. .
El caso es que con la impotencia lo único que se le ocurrió fue decirle al creador: "Señor no puedo con esto, quítame el enojo, no quiero ser rencorosa ni odiarlos. Pero los dejo en tus manos, te paso la cuenta de él y de esa maestra que le siguió la corriente. Aunque me quieran pagar no podré recibirlo, la cuenta ha pasado a tus manos".
Mary recordaría después esta anécdota como la graduación más cara que le había tocado pagar, sin saborear un solo platillo.
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