27 oct 2010

San Juan de los lagos...


San Juan de los Lagos.

 
Este es un cuento que mi madre me contaba de pequeña. Ella siempre ha asegurado que fue verdad.   He realizado mi propia versión. Asi que te lo relato... como me lo contaron a mí, hace no muchos años.


El cura del pueblo había ido a visitar a Don Joaquín su viejo amigo. Después de la cena, les resultaba agradable platicar acerca de milagros y apariciones. Esa noche Rodrigo como se llamaba el sacerdote, había encaminado la plática hacia el hecho de hacer o no mandas a los santos...

-Pues yo si creo en las mandas- Había dicho Don Joaquín.

-No es tan fácil como parece Don Joaquín, si se hace una promesa a los santos hay que cumplirla... con eso no se juega mire, le contaré algo que sucedió hace no mucho tiempo:

En un pueblo vivía una mujer muy devota, creía mucho en la virgen de San Juan de los Lagos, esa la que está en Jalisco. Ya ve que mucha gente le pide milagros. Sucedió que la mujer pidió salud para su hijo que estaba muy enfermo y la promesa fue que ella iría a San Juan de los Lagos a visitar a la Virgen y dar las gracias por el milagro recibido.

El hijo recuperó la salud. Pasaron los días, semanas, meses y la mujer se decía a si misma que al juntar un poco de dinero iría a cumplir su promesa. Sin embargo, no podía reunirlo porque además le gustaba mucho sacar cosas en abonos. Siempre tenía un abonero en la puerta de la casa. Así pasaron los años...

Un día, la mujer murió de un infarto sin poder cumplir su promesa. Durante el velorio uno de los candelabros cayó sobre el cuerpo de la mujer pero solo llegó a quemarle la orilla del vestido, era un vestido azul, largo y con encajes en la orilla. Asi la dejaron e hicieron el funeral con el vestido quemado.

A la semana de haber sucedido esto un abonero tocó la puerta de la casa, salió el hijo de aquella mujer. El joven le explicó que su madre había muerto... pero el abonero pensó que le estaba haciendo una broma y le dijo - No hay que ser, si la acabo de ver apenas hace tres días.

-¿Dónde? - preguntó el hijo.

-Pues en San Juan de los Lagos, mi mujer insistió mucho para ir allá y al estar en la catedral la ví. Llevaba un vestido azul y por cierto roto de la orilla, como si se hubiera quemado. Me dijo: - Don Abundio, me da pena con usted, pero vaya a mi casa, allá están mis hijos. Si le dicen que no me encuentro dígales que en la esquina del tejado a mano izquierda esta escondido un envoltorio. Ahí hay dinero suficiente para que le paguen. Gracias.

El hijo, no podía creer lo que estaba escuchando. Fue al tejado buscó y como le había dicho el abonero encontró el envoltorio con dinero suficiente para pagarle y aún un poco más...

-Ya no me cuente que siento mis piernas como de atole...mire hasta escalofrío me dió...- comentó Don Joaquín.

-No se asuste hombre, dicen que la mujer sigue aún vagando en la iglesia de la virgen de San Juan de los Lagos...

Glosario.

abonero: Comerciante que vende en abonos o pagos a plazos.

 

 

María del Carmen Márquez Ramírez

(Szív Márquez)

 

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