9 nov 2011

Boby dió un salto y al momento se escuchó un grito casi humano. Los vecinos salieron a mirar la noche, los perros ladraban en una esquina de aquella casa. - ¿Y eso qué fue?- preguntó Don Hilario - Debió ser un duende, ya ve que tiraron ayer el arból donde habitaban- comentó Gertrudis. Boby dejó de ladrar, el cachorro y su madre eran los únicos testigos de aquel ser nocturno que ahora miraba a Don Hilario y Gertrudis fíjamente.


 Szív Márquez


No hay comentarios:

Estático...

Piergiorgio Branzi-Bambino con un orologio. Comacchio, Italia, 1955. En el pueblo existía un profundo silencio mientra...