9 nov 2011

MICRORRELATO

No era la primera vez que soñaba con aquel cementerio, los azulejos de color azul pálido, los grandes nichos, las lápidas sobrepuestas una sobre otra. Tenía prohibido atravesar la calle para cruzar el portal, lo curioso era que aún sin entrar conocía todos los pasajes secretos, cómo burlar al guardia, el color de la pared del segundo pasillo, más allá de la entrada, incluso podía abrir el porton negro con los ojos cerrados... Szív Márquez


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